Conozca a la nueva directora ejecutiva de Getty
Katherine E. Fleming nos cuenta de qué manera el hecho de haberse criado en medio de viajes por el mundo despertó su curiosidad innata por la cultura, y qué opina de Getty hasta el momento

Katherine E. Fleming
Foto: Cassia Davis
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Katherine E. Fleming cumple su tercera semana como presidenta y directora ejecutiva de Getty, y su oficina, como es de esperar, tiene el aspecto despojado de un lugar recién ocupado.
Pero el espacio ya cuenta con un toque personal: una foto, en un lugar destacado, del Getty Center en construcción en la década de 1990. Fleming vivía en Los Ángeles en ese momento y recuerda con claridad haber asistido a la fiesta de inauguración del Center en 1997 junto a su hija de cuatro años. John Papadopoulos, entonces curador de antigüedades en el Museo Getty, la había invitado, y ella estaba encantada de asistir a un evento que era el “tema de conversación de la ciudad”.
“Estaba ensimismada con las grandes piedras con fósiles incrustados”, recuerda. “También pasé mucho tiempo tranquilizando a mi hija, que estaba muy atemorizada por los títeres gigantes que caminaban por ahí”. (Los muñecos estaban inspirados en la obra La entrada de Cristo en Bruselas en 1889, de James Ensor). “Pero definitivamente se podía palpar que esto era algo nuevo y trascendental en la escena de Los Ángeles”.
Veinticinco años después, Fleming acaba de suceder a Jim Cuno, quien se jubiló como presidente y director ejecutivo a principios de este año. Fleming llega a este cargo después de haber sido rectora (principal responsable académica) de la Universidad de Nueva York (NYU) desde 2016, y aprovechará sus décadas de investigación sobre historia y religión mediterránea, judía y griega.
Fleming comenzó su carrera académica en el sur de California en la década de 1990, momento en que se desempeñaba como profesora en universidades de la región, antes de incorporarse al Departamento de Historia de la NYU en 1998 en carácter de profesora asistente. Con el tiempo, llegó a ser profesora del Programa Alexander S. Onassis de Cultura y Civilización Helénica en el Departamento de Historia y en el Programa Onassis de Estudios Helénicos. Entre otras iniciativas, es cofundadora de un proyecto de historia oral plurianual en Grecia que ha recopilado 55,000 relatos.
En sus primeras semanas al frente de Getty, Fleming ha dedicado la mayor parte de sus jornadas a conocer a sus colegas y a comprender el funcionamiento del Museo. Sin embargo, hace poco, encontró un momento para reunirse con nosotros y compartir algunos aspectos de su vida.
¿Cuáles fueron sus primeras experiencias con la cultura, los museos y el arte?
Fueron, en su mayoría, experiencias que me dieron mis padres. Crecí en Princeton, en Nueva Jersey. Mi padre es profesor de la Universidad de Princeton, experto en iconografía medieval, con especialización en la literatura medieval de Francia e Inglaterra, y mi madre es una ministra episcopal nacida en el Reino Unido. A ambos les interesa el arte y la arquitectura medieval, por lo que pasamos una gran cantidad de tiempo en Italia, Francia y el Reino Unido mientras realizaban investigaciones o visitaban a familiares, y me llevaron a prácticamente todos los museos, edificios de interés o iglesias posibles.
No siempre comprendía lo que estaba viendo, pero entendía que era importante ver cosas de este tipo. Más allá de darnos información básica, como “San Francisco era originario de aquí”, afortunadamente, mis padres no nos daban pequeñas lecciones a mi hermano y a mí mientras recorríamos Europa. Uno de los aspectos más impactantes de estos lugares era la dimensión y la textura de las piedras empleadas en la construcción. En la infancia, el mundo se absorbe mucho más a través de los sentidos que intelectualmente.

Fleming, a los 7 años, con su hermano en Asís, Italia
Los primeros museos que visité fueron el Museo Británico y el Victoria and Albert Museum (V&A) en Londres. Puedo recordar muy bien muchos días de lluvia, lluvia en el V&A. Una vez más, eran las estructuras en sí mismas las que resultaban casi tan impactantes como las colecciones dentro de ellas. Creo que ese fue un indicador de que la cultura importaba, o de que los objetos en el interior tenían importancia, ya que se encontraban en edificios, por lo general, son propios de la nobleza.
¿Cómo decidió dedicarse al estudio de la religión y la historia?
No empecé los estudios pensando que quería dedicarme a la religión comparada. Asistí a la primera clase de religión comparada porque coincidía con mi horario. Y resultó que la dictaba alguien que me pareció bien interesante. Esa fue la primera vez que pensé en la religión no como algo “espiritual” o “divino”, sino más bien como un reflejo de la cultura, como un producto cultural similar a una obra de arte o a la música. Dediqué mucho tiempo a leer textos antropológicos acerca de la religión. Y estoy convencida de que, dado que crecí en una familia con orientación religiosa —íbamos a la iglesia todos los domingos, y se esperaba que cantara en el coro de la iglesia—, me resultaba particularmente interesante pensar en la religión en un contexto comparativo. Además, me fascinan los idiomas y me gustaba leer textos en el idioma original. Y así fue como me especialicé en religión.
Se mudó a California para hacer su doctorado en la Universidad de California, en Berkeley, y luego a Los Ángeles para enseñar historia en universidades del área del sur de California. ¿Qué futuro profesional se imaginaba en ese entonces? Durante este tiempo, ¿visitó la Getty Villa? Y si es así, ¿qué le pareció?
¡Por supuesto que visité la Getty Villa! Me impresionó y, desde el punto de vista arquitectónico, me pareció bastante audaz ver este intento de recrear Herculano en la costa del Pacífico. Profesionalmente, no tenía un rumbo fijo.
¿Qué la llevó a incorporarse a Getty como directora ejecutiva?
La oportunidad surgió en un momento de mi carrera en el que estaba preparada para dar por finalizada mi labor como rectora de la NYU. No sabía cuál sería el siguiente paso, pero estaba bastante segura de que no quería seguir en la gestión de la educación superior, que es un ámbito laboral exigente y agotador. Me parecía que había hecho todo lo que podía hacer en ese terreno. Y pensé, tal vez me tome una licencia y escriba algunos libros o haga algo diferente con mi vida. Esta oportunidad surgió en un momento en que me imaginaba haciendo algo mucho más drástico, algo que no se me hubiera ocurrido antes. Sin duda, contribuyó mucho el haber vivido antes en Los Ángeles y haber sido muy feliz aquí. Ayudó que tuviera conocimiento previo de la institución —conocía a muchas personas que habían hecho investigaciones en el Getty Research Institute y a gente que había trabajado con la organización. También me encantó que Getty tuviera una relación cercana con el mundo académico. Con eso quiero decir que, en el contexto ideal, puede tener el compañerismo y el sentido de producción de conocimiento colectivo que son distintivos de la academia, y al mismo tiempo, puede contar con cualidades más dinámicas y orientadas al exterior que a veces escasean en las instituciones académicas. Incorporarme a Getty supuso un cambio total, pero surgió en el momento oportuno.
¿De qué manera influirá su experiencia en la NYU en su estrategia en Getty?
La educación superior conserva, en sus mejores momentos, la sensación de ser una comunidad colaborativa y no jerárquica dedicada a la búsqueda colectiva de la producción de saberes. Podría conocer a alguien del campo de la física, no saber realmente nada de lo que está haciendo, y aun así saber que tenemos en común el hecho de ser colegas y profesionales de la investigación que se dedican a la misma actividad de producción de conocimiento. Espero que esa cualidad exista aquí en Getty, pero si no es así, o si se puede mejorar, eso definirá cómo será mi labor aquí.
Es necesario partir de la base de que cada persona tiene sus propias áreas de especialización, que conocen su trabajo y que quizás lo ejecutan mejor de lo que yo podría hacerlo. Y luego hay que permitir que la gente haga aquello en lo que realmente se destaca.
¿A qué está dedicando sus primeros meses en el cargo?
Estoy intentando dedicar mucho tiempo recorrer los alrededores. Es una frase muy típica de Nueva York, pero he estado saliendo todo lo que he podido, tanto en el campus como en casa. De hecho, esta entrevista es una de las pocas reuniones que he tenido aquí en mi oficina. Uno de los primeros documentos que leí al llegar fueron los resultados de la reciente “encuesta de clima laboral”, un cuestionario en el que gran parte del personal de Getty expresó su opinión acerca de la institución. Procuro conocer todo lo posible sobre la carga de trabajo, la flexibilidad laboral y el grado de satisfacción de la gente —o, por caso, la falta de satisfacción— al trabajar aquí. También he estado intentando averiguar cuáles son las áreas de especialización de cada persona.

Fleming y el personal de terrenos (de izquierda a derecha, Arturo Cuevas, Miguel Ambriz y Elvia Castillo) se conocen en un almuerzo de bienvenida para la nueva presidenta, celebrado en el Getty Center el 8 de agosto
En mis horas libres, cuando no estoy aquí, dedico mucho tiempo a recorrer las inmediaciones, especialmente ahora en Santa Mónica, donde me estoy quedando, para reencontrarme con la atmósfera del lugar, aprender dónde están las cosas y sentirme conectada con el entorno. fui mamá por primera vez hace 30 años y recién ahora mi hija menor se muda de casa para ir a la universidad. Así que esta es la primera vez en décadas que tengo la posibilidad de preguntarme: “Vaya, ¿qué haré esta noche?”.
¿Qué ha observado al recorrer su nuevo campus?
Algo que me llama la atención es la frecuencia con la que escucho a la gente hablar de lo hermosos que son los espacios exteriores del Center y la Villa. No me había detenido a pensar qué recurso y destino valioso es todo el lugar, además del Museo. Para muchas personas, entre las que me incluyo, el simple hecho de encontrarse en un lugar más sereno y apacible, con vistas hermosas, resulta demasiado placentero.
¿Cómo describiría su estilo de liderazgo?
Si tuviera que usar adjetivos, diría que soy bastante resolutiva, pero no impulsiva. Me gustaría creer que soy suficientemente creativa. También me gusta que las cosas avancen. Mucha gente piensa que se necesita una gran cantidad de reuniones, discusiones y conversaciones. Pero quizás se pueda descubrir lo que las personas piensan si se conversa con ellas en situaciones que no requieran estar reunidas en una sala. Intento asegurarme de que sea fácil comunicarse conmigo. Y me encanta conocer a personas de todo tipo y realizar actividades muy diferentes.
¿Qué mensaje le gustaría compartir con la comunidad de Getty en este inicio de su gestión?
Sé que es muy extraño tener un nuevo liderazgo en una organización. Puede resultar emocionante. Puede ser intimidante. Puede ser irritante. Puede provocar paranoia. Puede ser estimulante. He pasado por eso en carne propia. Pienso que es perfectamente normal que la gente sienta cualquiera de esas emociones o todas ellas. Pero no tengo previsto cambiar de repente el mundo de nadie. Algunas personas podrían sentir que no deseaban tener un nuevo liderazgo y plantearse qué repercusiones tendrá esto en sus vidas. Comprendo a la perfección que existen personas que tal vez se sientan así. Y es entendible. Si bien es demasiado pronto para tener planes futuros definidos por completo, sí espero pensar de manera colectiva sobre lo que consideramos que Getty hace y debería representar, y articular nuestra misión de forma aún más concisa.